Si tenéis unos minutos os recomendamos leer este texto, inevitablemente un poco extenso, pero que os dará algo de perspectiva en medio del ruido mediático que está envolviendo los recientes acontecimientos relativos a la conservación del lobo.
LOBO VIVO Y PROTEGIDO - HACIENDO HISTORIA
Como os anunciábamos en nuestro penúltimo boletín de 2020, tras la salida de la larga reunión mantenida el 29 de Octubre en la Sede del Ministerio de Transición Ecológica con el Secretario de Estado Hugo Morán y el Director General de Biodiversidad, Bosques y Desertificación, Jorge Marquínez, teníamos el convencimiento de que el lobo estaría protegido bajo un nuevo estatus al Norte del Duero antes de fin de año. Las complicadas circunstancias en las que está inmerso todo el país han contribuido a que este acontecimiento se haya retrasado un mes, pero ha sido una espera que ha merecido la pena como pocas, y que como pocas nos ha obligado a emplearnos a fondo con el Gobierno hasta el último minuto.
Pero detrás de esa promesa y compromiso arrancados al Ministerio, y del logro histórico que se acaba de alcanzar, hay un largo camino de intensa actividad, de contactos políticos, de estrategia, y de esfuerzo común de todas vosotras y vosotros, podríamos asegurar que de la sociedad española en su conjunto, que queremos compartir en esta nota informativa, haciendo un poco de historia:
Para entender cómo se gestó la inclusión del lobo en el Listado de Especies en Régimen de Protección Especial (LESPRE) hay que remontarse años atrás, cuando el clamor de la ciudadanía en favor de la protección de esa especie se hizo cada vez más audible y visible, obligando a la clase política a admitir que eran necesarios cambios para que la normativa no se quedase atrás frente al avance de la sociedad. Como culminación de un “crescendo” de acciones de concienciación y comunicación, las tres manifestaciones históricas celebradas en Madrid entre 2016 y 2018 (a las que algunas entidades nunca se dignaron a apoyar) hicieron difícil que la administración siguiese mirando a otro lado. Sin esa visibilidad social, la necesidad de proteger al lobo no se hubiera podido imponer frente al “estátus quo” de unos sectores acostumbrados a disponer a su antojo de nuestro patrimonio natural.
Durante años, Lobo Marley, en colaboración con las entidades que se agruparon tras las pancartas de las manifestaciones, llevó a cabo una labor incansable de contactos para meter al lobo en la agenda de los políticos que nos quisieran escuchar, sin casarse con nadie ideológicamente pero dando como resultado la PNL que sirvió de antesala de la actual propuesta. Esa PNL, que para algunos no servía para nada, consiguió que los actuales partidos de coalición de gobierno se comprometieran política y públicamente en la defensa estricta del lobo ibérico hace ahora poco más de 3 años. Y como dice el refranero español, “de aquellos polvos estos lodos”. Otro refrán dice que “a buen entendedor pocas palabras bastan” y hoy estamos utilizando muchas palabras, pero las usamos, al igual que la hemeroteca, para contrarrestar lo de otro sabio refrán popular, ese que dice que “no hay más ciego que el que no quiere ver”:
https://www.elconfidencialdigital.com/. ... 4182025540...
Finalmente en febrero de 2019, Lobo Marley entregó al Ministerio las 150.000 firmas que daban clara muestra de la voluntad ciudadana de proteger al lobo. La reunión en la que hicimos entrega de esas firmas culminó con el compromiso del Ministerio a seguir trabajando con Lobo Marley, compromiso que también nos expresó la presidencia del Gobierno por medio de un carta de su jefe de gabinete, Iván Redondo, quien nos agradecía en nombre del Presidente en funciones el haberle hecho partícipe de nuestra campaña y nos expresaba su “confianza en que seguiremos trabajando juntos en los próximos años”. Obviamente, esa colaboración estaba supeditada a la continuidad del gobierno central, cosa que requirió muchos meses y demasiadas repeticiones de las elecciones, como todos recordamos.
Fue en esas fechas cuando Luis Miguel Domínguez sufrió el devastador ictus que le tuvo debatiéndose entre la vida y la muerte durante meses, y luchando a brazo partido para recuperarse durante muchos meses más. Y fue en el curso de esos meses cuando la asociación ASCEL remitió al ministerio la petición para la inclusión del lobo en el LESPRE y su catalogación como especie vulnerable, que son las dos grandes asignaturas pendientes para su protección efectiva. Esta petición fue remitida al comité científico para su consideración, trámite que a su vez tuvo un resultado agridulce.
El comité recomendó la inclusión en el Listado al cumplirse todos los requisitos necesarios, pero desestimó la catalogación como Vulnerable por un defecto de forma: para certificar el área de distribución histórica del lobo a principios del siglo XX, la petición de ASCEL citaba el libro de Ramón Grande del Brío “El Lobo Ibérico”, sin duda una obra magistral pero a pesar de todo un libro de divulgación, que no tiene el peso académico necesario para una catalogación de este tipo. En el equipo de Lobo Marley enseguida nos dimos cuenta de que lo adecuado habría sido citar la obra de Ángel Cabrera, que no sólo fue el creador de la subespecie Canis lupus signatus sino también el más respetado especialista de su tiempo y cuyas publicaciones son la referencia académica obligada. Aunque ya era tarde para aportar oficialmente esa documentación, era importante saber, en vista a futuras negociaciones, que la bibliografía científica avala totalmente la protección estricta del lobo.
Con el paso de los meses se formó el actual Gobierno de coalición, lo cual unido a la esforzada recuperación de Luis Miguel, hacía factible mantener esa reunión con el Gobierno que se nos había prometido en 2019. Pero entre tanto se desató la pandemia de la Covid19, con la consecuente emergencia mundial que inevitablemente relegó a un segundo plano tantos y tantos asuntos.
Finalmente, y como ya os habíamos adelantado, el pasado octubre se produjo la tan aplazada reunión de Lobo Marley con el Ministerio, en la cual dejamos claro un punto fundamental: que la inclusión en el LESPRE era una reivindicación irrenunciable pero sólo un escalón en el camino hacia la protección estricta, que es lo que la sociedad reclama para el lobo en España y en Europa y por lo que Lobo Marley lucha en nombre de la ciudadanía. Ya en nuestra reunión previa con el ministerio habíamos aportado documentación científica reciente y relevante, pero en esta ocasión también pusimos sobre la mesa un ejemplar de “FAUNA IBÉRICA: MAMÍFEROS”, el clásico tratado de Mastozoología de Ángel Cabrera donde se define la subespecie Canis lupus signatus y se establece la distribución peninsular del lobo Ibérico a principios del siglo XX, ese requisito por el cual se había echado atrás la catalogación. Por su parte, Hugo Morán y Jorge Marquínez nos hablaron de las complejas negociaciones con las que esperaban propiciar el voto favorable de las CCAA cuando se reuniese el comité, un trabajo árduo e ingrato con el que podíamos empatizar por nuestra experiencia previa con el mundo de la política.
A pesar de que algunas personas tanto fuera como incluso dentro de Lobo Marley no entendieran que en algunos momentos hayamos mezclado política y protección del lobo, siempre tuvimos claro que si la situación del lobo es un tema político, y altamente politizado, solo a través de la política se podría dar el empujón necesario para cambiar esa situación, hasta ahora inamovible. Al fin y al cabo, si el proceso de inclusión del lobo en el Listado se hubiese tramitado en escenarios políticos distintos, digamos por ejemplo con el Ministro Cañete o su sucesora Tejerina en la cartera de Medio ambiente, el resultado hubiera sido otro, bastante menos favorable. No en vano, sendos Ministros, nada más jurar sus respectivas carteras ante el Rey, realizaron su primer viaje para solicitar a Bruselas la gestión cinegética del lobo al Sur del Duero. Y aprovechando que el entonces Director General de Medio Ambiente de la Comisión Europea, Sr Calleja, era compañero de Partido, se emplearon a fondo con todos las herramientas a su alcance, influencia europea, lobby con Ministro homólogo francés, escenografías y montajes permanentes de ganaderías supuestamente atacadas por los lobos al sur del Duero (como aquella de San Miguel de la Rivera que empleamos como ejemplo en nuestra petición a Bruselas para solicitar una mayor protección del lobo, petición que sigue abierta, por cierto, y en curso de conversaciones con el mismo Comisario Europeo).
Para refrescar la memoria, aquí va un poco de hemeroteca:
https://www.efeverde.com/.../castilla-y ... ude-la.../
https://www.elmundo.es/.../25/castillay ... 67106.html
https://revistajaraysedal.es/union-europea-revisara...
Siendo objetivos hay que reconocer que si esta propuesta ha salido adelante es porque la vicepresidenta del gobierno y ministra del ramo, Teresa Ribera, se ha empleado a fondo asumiendo valientemente un desgaste personal y político. El MITECO lleva mucho tiempo acercando posturas, pactando con las CCAA en conversaciones oficiales y extraoficiales un enfoque alternativo frenta al antiguo modelo de gestión del lobo, un modelo que no había conseguido ningún avance ni satisfecho a ninguna de las partes. Solo contentaba al sector cinegético, y a medias, pues como sabemos el Partido Popular, siempre al servicio del lobby de la caza de trofeos, llevaba mucho tiempo presionando a Bruselas para intentar que se permitiera la gestión cinegética común también bajo el Anexo IV de la Directiva Habitats, en nuestro caso, con las manadas al Sur del Duero.
Los últimos meses constituyeron una recta final vertiginosa, durante la cual el presidente de Lobo Marley se mantuvo en contacto permanente con la Ministra, con la presidenta del PSOE Cristina Narbona y con el Secretario de Estado, quien nos manifestó que agradecería el apoyo que pudiésemos proporcionar a través de nuestros contactos en la Comisión Europea, labrados trabajosamente mediante la actividad de nuestra “Alianza Europea para la Conservación del Lobo”. Y así lo hicimos, por medio de aquella carta al Comisario Vinkevicius en la que le pedíamos apoyo para el proceso de protección del lobo en el que se encontraba inmerso el Gobierno central. En su respuesta, la Comisión Europea reiteró que el estado de conservación del lobo en España es “desfavorable-inadecuado” remitiéndonos a distintos links de la base de datos de la Comisión EU que aportan información contundente, proporcionada por la propia administración española.
¿Qué nos depara el futuro próximo? En el plano mediático, es perfectamente previsible que los sectores minoritarios contrariados mantengan una campaña de ruido ensordecedor durante el mayor tiempo posible, como ha ocurrido a consecuencia de otros avances normativos. Recordemos el ruido mediático que siguió a la aprobación de la vigente ley anti-tabaco, cuando al ver los telediarios parecía inevitable la desaparición de la hostelería y la revuelta de los fumadores como sector social marginado. Años después, ninguna de esas consecuencias apocalípticas se ha producido, y la calidad de vida de toda la ciudadanía, fumadores incluidos, ha mejorado de manera irreversible.
En el plano técnico, tras la decisión de la Comisión Estatal por mayoría simple, se aprobará próximamente una orden ministerial por la que todas las poblaciones del lobo españolas queden incluidas en el Listado. Una vez resuelto el nuevo estatus legal del lobo, Lobo Marley quiere estar presentes como organización conservacionista con marcada representación de la sociedad civil, dentro del Grupo de Trabajo que va a elaborar la nueva estrategia de gestión y conservación del lobo en España, que actualice la aprobada en 2005, la cual dicho sea de paso, fracasó rotundamente al no alcanzar ninguno de sus objetivos de conservación. Perdió dos de los tres núcleos poblacionales históricos, los cuales estaban supuestamente comprometidos en su crecimiento y consolidación. Pero cuando se pone a expertos pagados por las Administraciones “pro caza” a vigilar la recuperación y crecimiento de la especie, es como poner, valga el dicho, al zorro a cuidar del gallinero. Al final el lobo se extinguió a efectos prácticos en los dos núcleos de población de Andalucía durante el período de vigencia del Plan.
El objetivo de esa Estrategia se define como el de "lograr la conservación, gestión y restauración de poblaciones viables de lobos como parte integral de los ecosistemas españoles, a la vez que se asegura la coexistencia con las actividades humanas que se desarrollan en los territorios en los que habita.” Solo estando Lobo Marley dentro de ese seguimiento, podemos garantizar que las cosas se produzcan en la dirección correcta, que exige la ley, la ciencia, y la sociedad. Esperaremos acontecimientos y os mantendremos informados.